Enseñar las propiedades de materiales en estado líquido
Año: 1er año
Eje: Los materiales y sus cambios
Tema: materiales líquidos y sólidos
¿En qué se parecen el agua y el aceite? ¿Y la madera con el
vidrio?
Objetivo: Identificar materiales de uso corriente y
describir algunas de sus características.
Indicadores de logro:
- Reconocer y describir algunas características físicas de los materiales de uso corriente.
- Ofrecer ejemplos de materiales que respondan a una característica determinada.
A partir de esta experiencia se busca que los niños piensen en las diferencias entre jabones líquidos y sólidos, a pesar de que para ellos ambos sean jabones. Por medo de sus conocimientos podrán ir diferenciando las características de los líquidos y sólidos.
En el 1er año/grado, tenemos que ayudar a nuestros alumnos a
reconocer las características comunes que presentan los materiales cuando se
encuentran en estado líquido o sólido, a diferenciar las distintas clases de
materiales y a agruparlos. Una vez que los hayan diferenciado, podrán comenzar
a identificar sus propiedades más destacadas y a relacionarlas con sus usos más
habituales.
Primero podemos ayudar a los alumnos a identificar las
características comunes a todos los líquidos y a que los distingan de los sólidos.
Sólo después se podrá pasar al reconocimiento de que los líquidos no son todos
iguales. La idea es ir destacando lo que líquidos y sólidos tienen en común
(unidad) y de diferente (diversidad), trabajando así, al mismo tiempo,
procedimientos habituales en las exploraciones, como son la observación, la
descripción, la comparación y el registro escrito.
Para eso, podemos
presentarles un conjunto de materiales diferentes, sólidos y líquidos, y
pedirles que los identifiquen como tales formando dos grupos. Entre los
sólidos, habría que incluir algunos rígidos (como vidrio o madera), otros
flexibles (como miga de pan o algodón) y algunos granulados (como arena o sal
gruesa), cada uno de ellos presentados sobre un plato o bandeja. Podríamos
entregarles, por ejemplo, un vaso de vidrio, un muñequito de madera, un trozo
de miga de pan, un pompón de algodón, un montoncito de arena y otro de sal
gruesa.
Los líquidos deberían ser presentados en recipientes
transparentes y bien tapados. Siempre conviene que sean variados, por ejemplo:
de colores, incoloros, opacos, transparentes, muy viscosos (como el aceite o la
miel líquida). Para esta secuencia de actividades, interesa diseñar situaciones
en las que los niños tengan la posibilidad de observar los materiales, manipularlos
–si así lo desean– y, después, clasificarlos. Si creen que alguno de ellos no
pertenece a ninguno de los grupos ya establecidos (sólidos o líquidos), hay que
ofrecerles la oportunidad de formar un grupo aparte, que será retomado luego de
haber hecho una primera caracterización de los estados líquido y sólido. Para
realizar la actividad propuesta, los chicos pueden trabajar en grupos de cuatro
o cinco integrantes, registrar cada uno en su cuaderno el resultado del
agrupamiento realizado y luego, durante una puesta en común, informarlo al
resto de la clase.
Para realizar el primer registro de los resultados de la
actividad propuesta, podemos entregar a cada niño un cuadro de doble entrada,
semejante al que sigue, en el que se indique: Sólido, Líquido y Dudoso:
La propuesta es que los chicos
marquen con una cruz, para cada material, la columna en la que el grupo
considere adecuado incluirlo y que luego peguen el cuadro en sus cuadernos. El
docente podrá dibujar en el pizarrón un cuadro en el que se volcarán las
propuestas de todos los grupos, o traerlo confeccionado en un afiche.
Mediante el intercambio de ideas,
surgirá el interés por conocer más acerca de la forma de diferenciar sólidos de
líquidos, para estar en mejores condiciones de “defender” la clasificación
propuesta. Es muy habitual que los chicos de 5 a 6 años clasifiquen los
líquidos como tales porque los podes derramar o se pueden volcar. No obstante,
como el prototipo de líquido que más conocen es el agua, debemos tener presente
que hay chicos que desarrollan la idea de que todos los líquidos están hechos
de agua. Debido a esto, tenemos que intervenir didácticamente para que esta
idea se vaya modificando a lo largo de la EGB/Primaria.
En relación con la
caracterización de los sólidos y los líquidos (el estado sólido y el estado
líquido son dos de los posibles estados de agregación de la materia), podemos
orientar la reflexión de nuestros alumnos hacia las posibilidades de
transportarlos manualmente de un lugar a otro. Por ejemplo, brindándoles
oportunidades en las que puedan comparar las características de su colocación
sobre una superficie que nos ayude a transportarlos (por ejemplo, sobre una
bandeja), de manera que logren construir la idea de que los sólidos pueden
apilarse o amontonarse, mientras que los líquidos se derraman.
Si es nuestra intención que los alumnos
aprendan que los líquidos no tienen forma propia y que, al ser pasados de un
recipiente a otro, adoptan la forma del recipiente que los contiene, podemos
proponerles que realicen el pasaje de un volumen dado de un líquido a
recipientes que permitan contener cómodamente esa cantidad, pero que sean bien
diferentes entre sí: de boca ancha o angosta, altos o bajos, o bien de
contornos regulares o irregulares. La actividad será más atractiva si el
líquido es coloreado (simplemente puede utilizarse agua coloreada, con
colorantes vegetales de repostería) porque, además, así resulta más fácil de
visualizar. Una manera de evaluar si los chicos van adquiriendo la idea de que
los líquidos no tienen forma propia y adoptan la forma del recipiente que los
contiene es proponerles nuevas situaciones de aprendizaje donde estos
conocimientos puedan ser puestos en juego. Variar las situaciones puede ser de
utilidad para poner en evidencia cómo se reitera el fenómeno a pesar de ciertos
cambios. Al mismo tiempo, tendremos indicios sobre el modo en que los chicos se
van apropiando de esta noción y los apoyos que es necesario ofrecerles durante
el pro- ceso. Seguir sus razonamientos es una buena pista para valorar en el
momento el tipo de apoyo adecuado para facilitar las resignificaciones que sean
necesarias, ampliar el campo de aplicación de una noción, e ir y volver entre la
experiencia práctica y las ideas en proceso de elaboración.
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